Por:Angelica Ontiveros
Acapulco de Juárez Gro.- Para muchas personas, aquel recuerdo trágico de la desaparición de los 43 normalistas, el pasado 26 de septiembre del 2014 aún sigue resonando vivamente como uno de los acontecimientos más lamentables y perjudiciales para el Estado de Guerrero, incluso para la reputación misma del país.
A tan sólo unos días de que se cumpla el segundo aniversario de la desaparición de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa, el Presidente Enrique Peña Nieto aseguró que el gobierno ha realizado una investigación “como ninguna otra, ha dedicado tantos esfuerzos, tantos recursos humanos y recursos materiales”. Además, destacó que el caso ha estado bajo la lupa internacional.
Aún con todo esto, el tema sigue siendo motivo de indignación e injusticia para los padres de los desaparecidos y para el resto de la sociedad ya se ha vuelto algo agobiante.
Ya no se trata sólo de recordar esa serie de episodios violentos sino de adentrase más en el impacto generado, en las consecuencias que por más de un año han estado bombardeando la tranquilidad de Guerrero. Desde entonces el Estado se ha visto involucrado en más escándalos, la mayoría de éstos sin fundamento alguno y que han acarreado innumerables enfrentamientos y derramamiento de sangre.
Se emitieron distintas versiones respecto a los hechos de esa noche, supuesto número de heridos, muertos y desaparecidos cambiaban momento a momento y por si fuera poco, el mismísimo alcalde de Iguala, José Luis Abarca, es acusado de tener que ver con los hechos, lo que trae consigo más indignación y vergüenza a la ciudadanía por algo considerado específicamente como traición.
Durante estos dos años se han realizado muchas investigaciones, se anunciaron acuerdos con los padres de los desaparecidos, entre ellos el de fortalecer los esfuerzos de búsqueda, pero aún con eso, los familiares no cifraron su confianza en esas promesas y hasta la fecha continúan exigiendo la aparición de sus hijos. La propia iglesia también se ha visto envuelta en todo esto, ya que hasta el Papa llegó a expresar sus condolencias y cercanía con el país.
Irremediablemente, el tema perdura hasta la fecha y a lo largo de estos días, las Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos ha acusado que después de estos dos años aún persiste la impunidad en el caso Ayotzinapa.
Así pues, el representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos (ONU-DH), Jan Jarab, felicitó al gobierno federal por lo que calificó como “avances en la investigación” para determinar el paradero de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
También “enfatizó que están dispuestos a seguir trabajando en coordinación con las autoridades federales para tratar de esclarecer este caso y que se dará un seguimiento urgente a la aprobación de la ley para sancionar la desaparición forzada en el país.
Todo parece indicar que el caso Iguala no se ha quedado en el olvido, impune o no, las investigaciones parecen seguir en pie pero es obvio que esto aún no se termina. (Imágenes de expansion.mx y terceravía.mx)
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