* Y esto es de lo que se trata la cuestión: El asunto es ganar elecciones no juntar más gente.

*Hoy las elecciones se van a ganar bajo dos premisas: Una, bajo el fenómeno de la percepción y dos, en la operación el día de la elección.

*El hartazgo político puede trasladar al día de la elección. Y ese fenómeno tiene nombre, se llama abstencionismo.

Por: Ernesto Caballero

Acapulco, Gro.- El pasado fin de semana, los candidatos a Presidentes Municipales, se dieron citas en sus respectivos arranques de campaña. Destacaron los de Ricardo Taja, candidato de la coalición “Todos por Guerrero” en la colonia Zapata, el de Joaquín Badillo, mejor conocido como Jacko Badillo de la coalición “Por Guerrero al Frente”, así como el de la candidata de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Adela Román Ocampo y el del ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo por el Partido del Trabajo.

Todos los anteriores en actos multitudinarios. Unos más y otros menos, pero finalmente mostrando la fuerza y las capacidades de su estructura.

Lo innegable es que el hartazgo político está menguando en la gente, y por supuesto que también en el electorado. Las cifras oficiales, daban algunas citas entre 15 mil y 37 mil asistentes a los actos multitudinarios, sencillamente, las imágenes no correspondían a los números.

Incluso, de ésta última cifra, la dio el Coordinador de la Campaña Nacional de los candidatos de “Por México al Frente”, Miguel Mancera en el acto del empresario Joaquín Badillo. La realidad pintó diferente.

Sin duda los del Frente fueron valientes, porque tomaron una plaza, que normalmente caben cerca de 40 mil personas, y 60 mil cuando está a reventar; el esfuerzo se hizo, pero sencillamente no llegó la gente que ellos esperaban; y eso que se supone debieron operar las estructuras de los tres partidos políticos: PRD, PAN y MC

Un caso parecido dio las cifras para el acto de los priístas en la colonia Zapata, donde las fuentes oficiales de los equipos de campaña daban cifras arriba de las veinte mil personas. Y aquí las redes sociales, incluso a cargo de otros candidatos a Presidentes Municipales, hicieron lo propio para allanar las cifras y mancharlas con el acarreo, asegurando en páginas amarillistas de golpeteo, que los “acarreados” a ese evento, habían sido comerciantes del mercado central que habían sido amenazados de duplicarles la cuota de cobro de piso al otro día,  en caso de que no asistieran a dicho evento.

Lo cierto es que los operadores políticos sabían el riesgo que corrían de no llegar a la meta. Y esa justamente es la razón –la de miedo a no llenar– que fueron a meter a todos los asistentes a una calle de la colonia zapata que de ancho tiene la amplitud de un callejón. “Así, pa que se vea más mucho” decía un paisano apostado en el andamio que pusieron atrás del escenario a donde llegó Ricardo Taja acompañado, incluso de su líder nacional, René Juárez Cisneros.

Lo destacable de todo esto es que, en las redes sociales, los propios defensores de cada coalición hacían notar la guerra de las cifras, sin importar el hecho de no preocuparse por el hartazgo político, sino incluso de echarse la culpa uno al otro.

Y por citar un ejemplo, vale la pena señalar la frase de Jacko Badillo en su discurso que dice: “Estamos aquí en un domingo que el PRI quiso sabotear… Se van a abrir como quesadillas de cazón”. Lo anterior, porque supuestamente los líderes seccionales y concentradores, no tuvieron oportunidad de trasladar a la gente porque los choferes del servicio público no quisieron trasladar a la gente en ese día al evento, por instrucciones de los grupos organizados.

¿Dónde habrá quedado la lana para concentrar y trasladar a la gente? ¿Será que no fue saboteo sino traición?

Morena por su parte, hizo su propio esfuerzo y dio a conocer parte del músculo. Logró reunir cerca de ochocientas personas en el monumento a Juan R. Escudero en el malecón porteño. Acto conciso que da pie a pensar, que es una estructura que comienza alinearse a partir de que tuvo bastantes problemas y desgaste político; esto, después y antes de sacar a su candidata a Presidente Municipal, Adela Román Ocampo.

Incluso la armonía comienza fluir. La Propia Adela Román, se reunió la semana pasada, y platicó con la estructura de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (CODUC) en Acapulco, a cargo de Ilich Lozano Herrera, quienes asumieron cada quien el papel, para quedar claros qué el apoyo es inminente para el voto presidencial de Andrés Manuel López Obrador, pero sí marcaron la pauta para respaldar la candidatura, luego de que la organización, había hecho esfuerzos sobrehumanos para levantar al Partido Encuentro Social (PES) en Acapulco.

Adela sin duda, y sin menos cabo alguno, concertó y logró con ello la suma de voluntades para mostrar fuerza en días previo a su arranque de campaña. Sin embargo, no le alcanzó para llenar esa foto anhelada que quieren los candidatos en los medios de comunicación.

Por su parte, el que mostró congruencia entre el dicho y el hecho, fue el candidato del Partido del Trabajo, Zeferino Torreblanca Galindo. Sus operadores políticos se distinguieron por cohesionar los esfuerzos de la ya establecida estructura el partido, con la estructura ya conocida del ex gobernador. El resultado fue bueno, ellos sí tuvieron esa foto que habla mucho de la percepción mediática.

Ellos, los del PT, entendieron que no necesitaban de una plaza enorme que no pudieran llenar, y que pudiera ser objeto de señalamientos y enmendaduras de cifras. Sencillo, buscaron un sitio que pudiera estar a la altura, e incluso lo abarrotaron.

Al Juan Ruiz de Alarcón, un teatro al interior del Centro Internacional de Acapulco, le caben mil personas. Llenaron las butacas y las escaleras de los costados estaban saturadas. Más los que se encontraban en medio, sobre el pasillo central. Fácil y sin problema llegaron a las mil doscientas personas.

Son sólo mil, pero en esa foto donde ondean las banderas y las figuras públicas y candidatos del PT que arropan a Torreblanca Galindo y le alzan la mano, sencillamente parece ser que son miles y miles los que asistieron al evento.

Luego entonces. ¿Qué ejercicio es mejor?

Y es que lo que no han entendido la estructuras y operadores políticos de los otros partidos, es que el hartazgo de la gente es tal, que ya no están en la disposición de ser convencidos para convertirse en acarreados.

El Espejismo de las masas en actos multitudinarios

Otra de las cosas que tampoco han entendido los operadores políticos, es que hoy en día la elección se gana de dos formas: la primera de ellas, en la percepción. Esto lograría que el voto intencionado logre la mayoría para poder definir al ganador.

Y la segunda y más macabra es operar con recursos el día de la elección. Que si bien es algo perturbador, es una práctica que hoy en día se magnifica al realizarse sobre todo, en las comunidades rurales, de esas que Acapulco tiene en una gran extensión.

Esto del número de gente que asiste al acto multitudinario al arranque o cierre de campaña. Es un mero espejismo, puesto que no delata la intención de las mayorías a la hora de ejercer el voto. Y solo basta recordar aquel impresionante movimiento masivo que realizó el hoy gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, cuando fue candidato del PRI por primera vez a la gubernatura de Guerrero, y que fue derrotado por el propio Zeferino Torreblanca.

Las imágenes del recuerdo en aquel entonces, hablan de la inmensa multitud que concentró el PRI en aquel entonces, pero los resultados de las urnas hablar en distinto idioma, sencillamente no le dieron el triunfo.

Sin embargo lo que son las cosas, hoy más maduro y con mucha más congruencia, aprovechando el debacle social causado por el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y el pésimo gobierno de Rogelio Ortega, con una mano en la cintura, y sin concentraciones masivamente abrumadoras, Astudillo Flores, obtuvo el triunfo.

Y esto se de lo que se trata la cuestión: El asunto es ganar elecciones no juntar más gente.

La advertencia…

Y a todo esto hay que tener sumo cuidado, y los partidos y candidatos tendrán que ponerse a trabajar en serio, porque el reflejo de esto que ha acontecido en los arranques de campaña se puede trasladar al día de la elección. Y ese fenómeno tiene nombre, se llama abstencionismo.

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Por adminweb

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