* Astudillo Flores, han priorizado el beneficio social, ante la exigencia de obras de relumbrón.

* La puesta en marcha de programas que ofrecen estímulos a los empresarios e industriales tortilleros, ha sido la llave para mantener el precio en el estado.

Por: Ernesto Caballero

El gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha sido el más catastrófico para el bolsillo del mexicano, porque “aunque se piense que algunas cosas son al revés, no son al revés”. El problema no es el ejercicio mediático que emprenda el Gobierno Federal para poder cambiar la percepción de que en México se están haciendo bien las cosas en materia de economía.

Y es que le economía no es cuestión de percepciones, es cuestión de ver que, lo que trae en el bolsillo le alcanza para sobrevivir de manera digna y llevar a casa comida y sustento.

El gobierno federal, quiere venderle la idea al mexicano que la economía nacional, es una de las más fuertes y que su proceso de crecimiento va en empuje en relación a otras economías internacionales.

Sin embargo, las cosas no las percibe igual la clase trabajadora, que cada vez le alcanza menos lo que gana.

Tan solo en seis años el escenario de los mexicanos ha cambiado, y no precisamente para bien. En el rubro de la pobreza, para el inicio del sexenio la situación de extrema pobreza se encontraba en 53.3 millones personas, para el año 2016, se había roto todos los records, porque la cifra había cambiado a 55.34 millones de personas en pobreza. Quedando una cifra un poco menor para el año 2017, en donde 53.41 personas se encuentran en esta condición. Lo que representa tan sólo una disminución del 3.4 por ciento en relación al año anterior.

Durante todo el actual sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, los mexicanos no han sentido el beneficio de la aplicación de estrategias para tener una “economía competitiva”. En diciembre de 2012, el precio de la canasta básica era de 1,158 pesos para que tan solo en diciembre del año pasado el costo rondaba los $2,881.

Todo ha subido desde entonces a la fecha. Por ejemplo, el costo del huevo se ha encarecido un 34%. Lo mismo que el costo del gas, que ha aumentado un 30%, y esto tan solo en el último año.

 

Y ni hablar del costo de las gasolinas que han aumentado sin consideración ni regulación que mantenga una cifra estable. En menos de tres meses, desde que se liberó, los precios han subido de dos a tres pesos, es decir uno por mes. Y se ha sido considerado como uno de los peores gasolinazos.

Dichas estrategias, puestas en marcha por el Gobierno Federal, no cuadran ni siquiera en la percepción de la economía frente al dólar. Éste ha sido devaluado considerablemente, para diciembre de 2012, dicha moneda frente al peso costaba $12.50. Destacando que, para inicios del año 2017, el dólar alcanzó su máximo histórico, con un costo oscilando entre los $22.17. Hoy en día, el precio del dólar ronda los $19. Dicha devaluación representa una caída estrepitosa de %52.48.

Todo esto traducido en el bolsillo del mexicano, representa un duro apretón a la economía personal y familiar bajo una sola premisa: Cada vez lo que una persona gana, alcanza para muchas cosas menos.

El maíz en Guerrero y la labor del ejecutivo

Todos los parámetros anteriores, son sin duda elementos a considerar en una economía como la que vive el estado de Guerrero, que sin duda, por ser uno de los estados más pobres del país, sufre con mayor intensidad la consecuencia económica que vive el país.

Además, basta recordar que la tortilla, representa también, parte de ese costo de la canasta básica.

Si a esto se le suma, que los empresarios tortilleros asumen como propios los gastos en el aumento de la gasolina, y en la parte de la producción, el alto consumo en el gas, en ese supuesto la tortilla sería uno de los insumos que hubiese de haber subido considerablemente, puesto que la oferta y la demanda en consideración, son inobjetablemente el ejercicio que disponga del costo del producto.

Poco menos, porque México produce su propio maíz, pero tomando en cuenta su exportación y privilegiar los aranceles internacionales, en lugar de abastecer la economía nacional, entra en función del dólar y su costo, la economía cambiaria para determinar un alza o baja en el precio de este producto.

Todo, más el aumento de traslados y consumos de combustibles sobre la materia prima, que en determinado momento alzarían su costo.

Por lo tanto, mantener el precio de la tortilla en Guerrero, requiere de un esfuerzo titánico.

Y eso lo ha entendido perfectamente, el gobierno del estado que encabeza Héctor Astudillo Flores, quién han priorizado el beneficio social, ante la exigencia de obras de relumbrón.

Y es que para entender este fenómeno se tiene que tener conocimiento de arraigo, por ello, el darles prioridad a los programas de entrega de fertilizante gratuito a los campesinos guerrerenses, manifiesta la entera razón  que es de origen, como hay que equilibrar la situación cambiaria en un alimento tan importante como es la tortilla para el guerrerense.

Pero no solo los campesinos perciben la sensibilidad de quien emana los esfuerzos para hacer crecer al estado, como lo ha hecho a través de estos más de dos años el gobernador Héctor Astudillo; son también los industriales y empresarios de la masa y la tortilla que perciben esta política pública como una prioridad.

La puesta en marcha de programas que ofrecen estímulos a los empresarios e industriales tortilleros, ha sido la llave para que éstos últimos no manifiesten la inconformidad de querer subir el precio de la tortilla, al menos en Guerrero.

Ciertamente, el precio de la tortilla en Guerrero –en sus principales ciudades– es caro, principalmente, en Acapulco, donde alcanza en algunos lugares los 18 pesos. Y si se compara con ciudades como la Ciudad de México o cualquiera del estado de México, dónde su costo oscila entre los $15, resulta mucho mayor el precio en Guerrero.

Sin embargo, los programas de subsidio y entrega de recursos para compra de insumos y materia prima, así como los programas de entrega de maquinaria para los industriales de la masa y la tortilla, han hecho que Guerrero, se sienta un precio estable en el producto.

Héctor Astudillo, el cuarto gobernador mejor evaluado

Parte de esta labor, ha llamado la atención de que grupos empresariales, incluso a tal grado de que uno de los grupos más fuertes en el país, la Confederación Patronal Mexicana (Coparmex), lo haya calificado como el cuarto mejor gobernador de todo el país.

Recientemente, el presidente nacional de Copamex, Gustavo de Hoyos Walther, destacó que los empresarios agremiados del país fueron consultados a través del indicador #MarcajeAMiGobierno sobre el desempeño del gobernador en turno para conocer la opinión de la iniciativa privada respecto al desempeño del gobernante con relación a sus compromisos de campaña.

“Y el gobernador Héctor Astudillo Flores, quedó en cuarto lugar de los 32 jefes del Ejecutivo y cuando los socios de Copamex Acapulco y Chilpancingo dan esa evaluación, yo creo que eso habla bien de un cambio y de que en base al principio que hay, se han llevado bien los problemas y de mi parte hago un reconocimiento personal”, precisó De Hoyos Walther.

Tan sólo el sábado pasado, Astudillo Flores, en la entrega de Apoyo para Fortalecer la Calidad de la Atención de la Salud a Familiares de Prospera, y ser ejecutados por el Seguro Popular en zonas marginadas de Guerrero, el gobernador, enfatizó la necesidad de hacer las cosas bien por el estado, ya que “los malos, los que no quieren ver bien a Guerrero, son poquitos, pero son ruidosos”.

En su discurso, el gobernador asumió la responsabilidad cuando una mala noticia, como el cierre de la planta de Coca Cola en la zona de Tierra Caliente, acapara la opinión pública mediática, porque “sin duda es un hecho que llama la atención”.

Sin embargo, también se dijo consciente de que para que esas cosas malas no sobresalgan, se tiene que seguir trabajando bajo la enmienda de servirle a Guerrero, que finalmente, para eso había sido elegido por el pueblo de Guerrero.

Ese día, se abría el periodo de la Semana Santa, y Astudillo Flores reflexionó: “a Jesucristo entró a Jerusalén, y fue vitoreado como un gran Rey, la gente lloraba a su paso, la gente le gritaba, como más que a un gran rey, unos días después fue crucificado por los mismo que le gritaban como un gran rey; entonces dije, si Jesucristo vivió eso, fue una caricia lo que a mí me pasó”.

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Por adminweb

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