* El gobernador del estado había decidido “salir al topón”. La determinación de llevar a la Policía Estatal y al Ejército a la zona, no daba otro mensaje más que el de confrontar a los que quieren por medio del miedo y el terror, destruir a la niñez y la educación.
Por: Ernesto Caballero
El pasado 20 de marzo, poco antes del periodo de vacaciones de Semana Santa, un grupo de hombres armados, entraron a la escuela Telesecundaria “Vicente Suárez”, en la peligrosa colonia Frontera en el puerto de Acapulco, y amagaron a personal docente, quitaron pertenencias a los alumnos, y obligaron a algunas alumnas y maestras a trenzarse el cabello y permanecer hincadas mientras ellos cortaban el cabello con machetes y tijeras de pasto.
Fue un hecho sorprendente, no había habido acto delictivo parecido que se tenga antecedente en el estado de Guerrero. El hecho conmovió, lastimó, pero sobre todo generó miedo.
Después de supo que iban por el cabello de las niñas y maestras, para venderlo en el mercado negro, donde oscilan las piezas de mechones y cabello entre 6 mil y 7 mil pesos. Además de todo lo que lograron despojar a todos los demás.
Los hechos fueron noticia nacional. El embate mediático se dejó venir por la oleada de ataques desde los grupos monopólicos noticiosos, hasta los medios informativos locales que dieron cuenta de la realidad que se vive en las escuelas de Guerrero. Fue algo que sencillamente no se pudo evitar y salió a la luz a pesar de todos los esfuerzos de minimizar los hechos.
Estos hechos, que afortunadamente no enlutaron ningún hogar, fue escabroso por sí solo, las narraciones de las niñas aterrorizadas al punto del llanto ante las cámaras y los micrófonos daban cuenta de ello.
Ante tal situación, algo se tenía que hacer y el gobernador Héctor Astudillo Flores lo asimiló como tal, y puso en marcha el engranaje para contrarrestar este tipo de actos que dañan la moral de los infantes.
La llegada de mil soldados a Guerrero.
Durante el fin de semana, llegaron a Guerrero mil soldados solicitados por el gobierno estatal. La enmienda era clara: no dejarle espacio al crimen organizado, y mucho menos meterse con la niñez guerrerense, esa que nos da la esperanza de saber que no todo está perdido, que hay quiénes sí quieren superarse.
El lunes iniciaron clases más de un millón de infantes en todo el estado. Y el gobernador dio un mensaje más de acción que de discurso. Primero supervisó las acciones en materia de seguridad ofrecida por la policía estatal y los miembros del Ejército. Después anunció el reinicio de las clases escolares en todas las regiones del estado, desde la Telesecundaria “Vicente Suárez”, dónde las mujeres les fue trasquilado el cabello ese fatídico 20 de marzo.
Después de ello, tomó el tiempo debido y escuchó a los atormentados y adoloridos padres de familia, que preocupados le externaron la situación de inseguridad que viven diariamente en la zona; donde la zozobra y el miedo hacen valer a los que integran a una banda delictiva.
“Quise venir a esta escuela, a esta colonia para saber cuáles son las necesidades y ayudar a las familias que aquí habitan. No sólo vine a recorrer sus calles, sino a dar solución a sus demandas”, expresó.
Como dicen los delincuentes en sus pancartas y cartulinas mal trechas cuando retan a otro grupo rival, el gobernador del estado había decidido “salir al topón”. La determinación de llevar a la Policía Estatal y al Ejército a la zona, no daba otro mensaje más que el de confrontar a los que quieren por medio del miedo y el terror, destruir a la niñez y la educación.
El compromiso
Lejos del discurso durante la ceremonia del lábaro patrio, o del discurso cuestionado de los medios de comunicación que lo entrevistaron después del acto formal, Astudillo Flores, dejó claro que va a la mitad del camino de su gobierno, y que entiende los problemas de algunas zonas del estado en su justa dimensión. Por ello ha decidido “ir por todas las canicas”.
A los padres de familia, a los estudiantes, a las autoridades, les señaló que los tres años que quedan al frente de su gobierno, “haremos los esfuerzos para trabajar por mejorar las condiciones de vida en esta zona de Acapulco”, señaló.
Finalmente, el gobernador, fue muy puntual al señalar que los esfuerzos son en conjunto, y que el apoyo de la Federación es una muestra de que los guerrerenses no estamos alejados de la agenda nacional, y que hay en el gobierno de la República una preocupación, aunque lamentablemente, en los hechos no se tengan los resultados deseados.
“En este regreso a clases colaboramos junto con la Sedena, la Secretaría de Marina y la Secretaría de Seguridad y Protección en Guerrero, generando condiciones para que docentes, personal administrativo y estudiantes puedan desarrollar sus actividades de manera normal y segura”, manifestó