*Propeg Guerrero hace caso omiso de maltrato animal en tienda de mascotas de Centro Comercial de lujo.
Dicen que en Guerrero existe una Ley de Bienestar Animal. Pero para los animalistas no es suficiente porque el que exista no significa que se aplique y, mucho menos que se sancione cuando es público y notorio que se están vulnerando los derechos de los animales.
Lo anterior viene al caso porque en estos días ha hecho mucho ruido el clamor de aquellos que no entienden cómo es posible que en una tienda de mascotas ubicada en La Isla Acapulco Shopping Village se tenga a los perros en jaulas minúsculas, sin protección para sus patas porque el piso es enrejado, en encierro obligado por meses, faltos de ejercicio y en pésimas condiciones de higiene. Todo mundo se ha enterado, la Propeg Guerrero no.
Y es que no se trata de que te gusten o no, simplemente NINGÚN ANIMAL DEBERÍA SER MALTRATADO. Que las autoridades no cumplan con su encomienda siempre resulta reprobable, pero como ciudadanos también debemos aceptar la parte que nos corresponde en la situación actual de esos animales. Por qué lo digo…
Son las personas las que favorecen la venta de mascotas porque prefieren “pureza” de raza a los beneficios probados de adoptar. Buscan en las tiendas cachorros con pedigrí, como si el “rancio abolengo” de la mascota los pusiera a ellos, personas, por encima de los simples mortales que tienen una sin esos atributos. Y todos sabemos que mientras exista demanda, habrá oferta.
Cuando entendamos que un animal NO es un buen regalo de cumpleaños, por ejemplo, evitaremos otro de los males que afectan a Acapulco: La proliferación de animales abandonados a su suerte, y sin esterilizar, cuando el “feliz” merecedor del obsequio se fastidia de cumplir con las responsabilidades que implica tener una mascota. La solución para ellos es sacar de su casa a un animalito que no puede satisfacer sus necesidades básicas por sí solo; y es ahí cuando vemos la panorámica que cualquier amante de caminar encontrará en su camino: Animales hurgando en la basura que muchos ciudadanos dejan en las banquetas, cansados de esperar al camión de la basura o por simple falta de educación; perros y gatos que deambulan por las calles con graves enfermedades, qué tan contagiosas, cómo saberlo; grupos de perros que hacen imposible caminar por ciertas calles porque persiguen al incauto que se atreve; animales defecando en la vía pública, a veces, ante la complacencia de sus dueños que se alejan sabiendo que nadie los sancionará.
Tal vez el clamor de los animalistas haga que se escuchen los ladridos quedos de tanto animal maltratado que se pierden por las calles de nuestra Ciudad.
Los comentarios están cerrados.