Por: Ernesto Caballero
El esquema de la forma en que votará la gente de manera local en Guerrero, este dos de junio, puede sorprender a más de uno durante la jornada electoral.
Normalmente se dice “divide y vencerás”, pero en esta ocasión esta premisa puede ser el desquebrajamiento para los que se asumen como las principales fuerzas políticas. Y es que en Morena le apuestan al voto oficialista y a que tarde o temprano bajará el famoso cinco de cinco; en la alianza Fuerza y Corazón por México a la movilización y el acarreo y por qué no, el despilfarro durante el día de la elección.
Y hablando netamente del municipio de Acapulco, la situación se torna complicada porque cada uno de los partidos denominados “chicos”, pero que son de nueva creación, podrán hacer un boquete electoral a los institutos políticos consolidados.
Cada uno de ellos hará lo propio, pero destacan la “ronchita” que podrán reunir Víctor Aguirre del Partido Laborista Guerrero; Edson Rivelino Pérez Salas del Partido del Bienestar Guerrero; Ramiro Solorio con el Partido Encuentro Social y Miguel Ángel Piña Garibay de Fuerza por México Guerrero, que cada quien jugará un papel importante, si no se bajan de la contienda, es decir, que les lleguen al precio y los sometan a una declinación.
Y en esta coyuntura, el que puede sacar gran provecho de todo esto es el candidato a Presidente Municipal del Partido Movimiento Ciudadano, Yoshio Ávila quien ha ido creciendo en las encuestas y que ha comenzado las dos primeras semanas de la campaña tratando de sumar adeptos. El más importante y que en percepción suma mucho, el de Alejandro Granda, sobrino del candidato de la coalición Fuerza y Corazón por Acapulco, Cargos Granda.
Al estilo propio de las campañas políticas con agitación y un discurso distinto al que se tiene acostumbrado, Yoshio ha suministrado sus declaraciones en contra de la reelección de la actual Presidente Municipal con licencia, Abelina López. Esto le ha llevado a tener un pulso más sostenido con aquellos que no están de acuerdo con la continuidad del proyecto de Morena en el Gobierno Municipal de Acapulco.
Ávila González ha detectado, desde un inicio, cuando se le preguntó que si votaría por Claudia Sheimbaum, que la polarización combinada con el arrastre y arraigo que tiene el Presidente Andrés Manuel López Obrador, podría ser una fórmula para permitir el voto cruzado.
Y bajo la premisa del voto diferenciado, el candidato del partido naranja hoy tiene franca posibilidad de triunfo. Esto él lo sabe, por ello es que en su estrategia no ha cambiado su discurso.
Esto, tendrá que sostenerse el día de la elección, ya sea por convicción o por coacción, pero el proceso de las votaciones será medular para saber si la estrategia planteada por el candidato naranja es, o para aquel entonces, será la adecuada.
