*El Presidente de la FECANACO no descarta que algunos empresarios ya hayan pactado con delincuentes para dejarlos seguir operando.
*“Esto ha sido orillado y obligado por la incompetencia de los tres niveles de gobierno, ante el fracaso de las instituciones de seguridad”.
Por: Ernesto Caballero
Acapulco, Gro.- El Presidente de la Federación de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo en el estado, Alejandro Martínez Sidney, señaló que el pacto del Obispo Salvador Rangel con la delincuencia organizada, es una señal de que pronto en el estado de Guerrero existirán un narco gobierno.
El empresario acapulqueño, manifestó que hay ya empresarios que están pagando la cuota, hay otros que no, e incluso hay otros que respetan la decisión de los que pagan y definitivamente no quieren saber nada, por ende cierran y se van.
Y ante tal situación, Martínez Sidney, recalcó que cada situación es diferente, sin embargo no descarta la posibilidad de que algunos empresarios ya hayan pactado con delincuentes para dejarlos seguir operando, como lo hizo el Obispo de la arquidiócesis de Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, quien pactó con delincuentes de la Sierra de Guerrero para que no mataran más candidatos a puestos de elección popular.
El líder de comerciantes en Acapulco, resaltó que esto ha sido “orillado y obligado por la incompetencia de los tres niveles de gobierno, ante el fracaso de las instituciones de seguridad del estado en procuración de justicia”.
“Han logrado que el crimen organizado esté por encima de las instituciones, por tal motivo no quedó más remedio que iniciar pactos con los delincuentes, para generar una economía circulante para la delincuencia organizada”, puntualizó.
En entrevista telefónica, el empresario oriundo del puerto de Acapulco, ´puntualizó que “no se trata de pactar por pactar, sino de pagar los impuestos a la delincuencia organizada”, por lo que adelantó, que “la tendencia es que el narco gobierno gobernará en Guerrero muy pronto“.
Finalmente Martínez Sidney, resaltó que el paso que da el obispo de la Diócesis de Chilpancingo, es una muy mala señal, pero que finalmente resulta respetable y entendible debido a la situación que está viviendo el país actualmente.