*El arrastre de los tres líderes sociales y representantes de cada una de sus corrientes, sin duda será imprescindible, para fortalecer o para menguar en el triunfo o la derrota de un partido.

Por: Angélica Ontiveros.

La mañana de ayer se les vio juntos a Ilich Lozano Herrera, David Jiménez Rumbo y Víctor Aguirre Alcaide. Desayunaron en conocido restaurante.

Dicho encuentro desemboca en todo un círculo mediático político en relación a las definiciones. Y sobre todo marca un posible rompimiento de las corrientes internas en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) con sus dirigencias nacionales y estatales.

El encuentro puede ser la diferencia entre lo que contextualiza al PRD y su candidato, Jacko Badillo, al enfrentarse a una medición para sacar al candidato de la coalición “Por Guerrero al Frente”. Le puede pesar…

Lozano Herrera, la construcción de la unidad.

En su cuenta personal de Facebook, Lozano Herrera manifestó: “Vamos a construir una ruta juntos, convencido que haciendo equipo sumaremos a miles de ciudadanos”.

La ruta sin duda es la unidad, se pretende que a dónde vayan, vayan unidos y fortalecidos; y el acontecimiento se vuelve nota cuando se apunta que no sólo eran tres aspirantes a ocupar la candidatura del PRD para contender por Acapulco, sino que representan una de las tres corrientes más fuertes al interior de las filas del Partido del Sol Azteca.

Cuando salió elegido Badillo Escamilla como el candidato del PRD para ir por la coalición “Por Guerrero al Frente”, la cúpula del PRD a nivel nacional y estatal, aseguraban que habían sacado el mejor candidato, al que representaba la unidad.

Sin embargo, se nota que los grupos encabezados por Jiménez Rumbo y Aguirre Alcaide no están nada conforme con la dicha elección. “Mi partido se equivocó”, dijo el segundo.

Lo que implica la unidad de los tres.

El arrastre de los tres líderes sociales y representantes de cada una de sus corrientes, sin duda será imprescindible, para fortalecer o para menguar en el triunfo o la derrota de un partido.

Jiménez Rumbo y Aguirre Alcaide fueron objeto de un engaño. Los trajeron hasta el final con el fin de encerrarlos. Hoy se han dado cuenta de la maniobra, y comienzan a marcar el destino todos juntos.

Al final, se levantaron de la mesa y se tomaron la foto, una foto que dice mucho en relación a lo que se viene.

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